La planificación de las ciudades, así como los paradigmas que ello conlleva, ha cambiado de forma inexorable con el paso del tiempo. De hecho, no siempre utilizamos el término “manzana” para referirnos a los bloques de vivienda. Fue Ildefonso Cerdá (ingeniero, urbanista, jurista y político catalán) quien popularizó esta palabra apenas en 1860 y, ciertamente, las planificaciones de muchas ciudades han pasado a ser obsoletas para las nuevas vicisitudes de las mismas.
Ejemplos de lo que una planificación ya obsoleta representa hoy en las ciudades hay muchos. No quiere ello decir que no respondieron a una necesidad, sino que las necesidades han variado al punto de que las pudieran resultar en ciudades disfuncionales.
Por ejemplo, en Lima podemos ver las zonas industriales en toda la avenida Argentina que generan un alto tráfico para la ciudad hoy en día, además de una sensación de “isla” industrial, una zona muerta dentro de la ciudad, que podría –o debería de- ser utilizada como zona residencial. En otras palabras, los beneficios que dicha zona industrial genera no son presumiblemente mayores que los beneficios que generase si fuese urbana. Siendo así, ya existen proyectos en desarrollo y ejecución para movilizar las zonas industriales a las periferias de la ciudad, pero de ello hablaremos en otro artículo.
Notamos que la planificación urbana de las ciudades requiere una actualización periódica, que se ajuste mejor a la realidad en contexto, mejorando así la vivencia en las ciudades.
Pero no solamente las ciudades latinoamericanas presentan fenómenos similares; de hecho, es un problema común en diversas ciudades alrededor del mundo. Resulta irrefutable señalar que el crecimiento poblacional sea mucho más ágil que la planificación urbana y, peor aún, la ejecución de aquella planificación.
Quisiéramos ahora que el lector pueda centrar su atención en una zona algo más lejana de Latinoamérica, y que nos permita constatar el fenómeno que describimos en otras latitudes: la ciudad de Malmö en Suecia.

Västra hamnen es un barrio situado en el distrito de Centrum, municipio de Malmö, condado de Skåne, Suecia. Hasta el año 1931, en Vastra Hammen trabajaban cerca de 2700 empleados, todos ellos en la reparación de buques para el fabricante Saab Kockums. Para los años 70, la empresa estaba en su apogeo, y empezó con la construcción de la grúa buck más grande del mundo: Kockum. Todo esto cambió cuando llegó la crisis del petróleo y, en 1987, se terminó la producción de barcos para dar paso a la fabricación de automóviles.
Como puede suponer el lector, a pesar de los cambios la zona estaba ya definida, por el pasar del tiempo, como una zona netamente industrial, que se vio forzada a cambiar cuando la industria encontró un mejor lugar para desarrollarse.
Es en este contexto que, en el año 1999, la desarrolladora Diligentia adquirió un área de 100,000.00 metros cuadrados de terrenos ubicados en el puerto de la ciudad. Es así como, para el año 2010, se tomó la decisión de iniciar con un proyecto sostenible y con la certificación BREEAM Communities, que sería conocido como Masthusen.
El hecho de que se haya optado por la certificación BREEAM Comunidades, le permitió al proyecto contar con la asesoría de la certificadora para el diseño del Master Plan del proyecto. Esta asesoría potenció la idea del desarrollo inicial pensado por Diligentia en 3 principales aspectos:

- Establecer el objetivo del desarrollo: Identificando la ubicación y potencialidad del terreno por desarrollar, en este paso la certificadora enfatiza en las oportunidades de aportar características sostenibles en todo el proyecto, como la generación de energía para toda la comunidad, transporte y áreas de esparcimiento.
- Layout del proyecto: Aquí se resuelven preguntas acerca de la manera en que se moverán las personas alrededor y dentro del desarrollo, y dónde se ubicarán los edificios y áreas de esparcimiento.
- Diseñando los detalles: En este último paso, se especifican las vistas del entorno, diseños de los drenajes, instalaciones de transporte y diseño del equipamiento.
La ciudad de Malmo, el desarrollador inmobiliario y otros stakeholders involucrados, han cooperado durante todo el proceso de desarrollo del proyecto. Esto con la finalidad de conseguir la certificación BREEAM Comunidades, de manera que acordaron conjuntamente aspectos del proyecto referidos a su diseño, planeamiento, responsabilidades de las partes involucradas, entre otras.
La colaboración de los principales stakeholders en el desarrollo del proyecto, a través de la búsqueda en común de la certificación BREEAM Comunidades, resultó en un óptimo diseño del día a día presente en cada habitante. Con objetivos de sostenibilidad bien marcados y profesionales capacitados, en Masthusen se pudo implementar un plan sostenible en diseño urbano, conectividad, transporte, energía y manejo de residuos sólidos.
Siendo que el comercio es una actividad necesaria en la vida de la ciudad, resulta importante que el diseño de las ciudades pueda otorgarle el valor que este requiere. Es en esta línea de pensamiento, que en Masthusen se diseñaron espacios comerciales de renta, apropiados para nuevos y pequeños negocios, asegurándose de que los nuevos ingresantes a este espacio sean negocios que complementen a los ya existentes, generando así un tenant mix a todas luces eficiente y acorde con los objetivos de autosostenibilidad planteados.

A su vez, las edificaciones poseen características de sostenibilidad, y no solo por los vistosos techos verdes que le dan la distinción especial a este desarrollo. El proyecto resulta particularmente relevante por cuanto presenta espacios diseñados para el cultivo privado de alimentos. Esto no solamente permite mejorar la calidad alimentaria de los habitantes y brinda un espacio de desarrollo personal, sino que colabora con el bienestar general de manera indirecta, al mejorar las islas de calor en zonas transitables, la calidad del aire, a la vez que absorbe el ruido de la ciudad.
Resulta igual de importante verificar que las edificaciones en Masthusen están diseñadas para operar con una menor cantidad de energía eléctrica y, a la vez, generan energía mediante una adecuada implementación de paneles solares que no resulten invasivos para los habitantes. Esta combinación de cualidades produce un efecto de eficiencia energética, acercando al proyecto al ideal de energía 0.

Este proyecto cuenta, además, con una destacable planificación en los aspectos de conectividad y transporte. Para ello, se desarrollaron ciclo vías que se conectan con el resto de la ciudad de Malmö, así como líneas de transporte público con prioridad en cada semáforo. Mención especial merece la alianza con Sunfleet, empresa Sueca arrendadora de vehículos, en virtud de la cual los ciudadanos cuentan con vehículos en las distintas estaciones en cada ciudad, promoviendo así el uso de los vehículos compartidos, con el fin de disminuir la cantidad de vehículos presentes en la ciudad, reduciendo drásticamente el tráfico urbano. Y, además, todo ello es posible desde el celular.
Proyectos ya desarrollados como Masthusen podrían hacernos pensar que en Sudamérica estamos muy lejos de aquella realidad. Sin embargo, realmente no estamos lejos de proyectos de este tipo, la clave de este y demás proyectos está en realizar un adecuado análisis de los problemas y trazado de objetivos a mediano y largo plazo, así como la adecuada planificación y ejecución de los proyectos. Una adecuada herramienta puede ser el contar con una determinada certificación que coadyuve al logro de los objetivos trasados. El estudio riguroso de las pautas brindadas por las diversas entidades certificadoras resulta necesario para todo urbanista, así como de miembros de los organismos gubernamentales involucrados.
Sin duda alguna, la clave de todo proyecto se encuentra en buscar a los socios adecuados.
En un próximo artículo ahondaremos en algunas posibles aplicaciones en Perú.